Y qué,
si digo que me voy
que dejo este mar
que abandono el azul,
las olas blancas
las noches perfumadas,
y el caminar
descalzo por la arena
con salitre en los labios...
No importa, no,
porque entre mis trigales
estarás tu,
en mis atardeceres fríos,
en mi viento Norte
y el susurro del aire en los campos,
estarás tú
y con una sonrisa
descubriré el paraiso
debajo de una hoja seca.
4 comentarios:
Y lo que daría yo por ser trigal para ser testigo de ese reencuentro...
Kisses... forver
Vaya!!!
Me asomé por encima de esos hombros y encontré un jardín de palmeras y olas.
Llevo un buen rato caminando por él.....qué regalo leerte.
Un abrazo tan grande como esa playa, mi señor de las palabras.
Buena andadura en esta casa.
Allí donde tu vayas, estaré yo, allí donde yo voy estás tu, porque no dependemos ni del tiempo ni del lugar, cualquier rincon puede ser el eden si estamos unidos, ya sea fisicamente o pensándonos en la distancia.
Un beso
Estuvo bien esta serie sobre el mar jeje. Yo también he vuelto ahora del mar, que dificil es mantener horizontal el horizonte en las fotos al mar verdad? uuff
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