En la clara y suave luz
de la tarde de invierno,
con el alma llena
de nostalgia de tu cuerpo,
de tus besos,
de tus manos,
bajo esta luz
bajo este sentimiento,
que fácil es abandonarse,
crear y destruir
universos en instantes,
nacer y perecer
en cada llama de esta hoguera
en la que soy a la vez
llama,
leña
y mano que la alimenta,
hoguera que me templa
y en la que ardo,
colmado,
abrasado,
cegado de amor,
esperándote.